Comienza la aventura.
Aquí estoy yo en el aeropuerto con mis maletas, dispuesto a pasarme dos meses en USA. Mi mente me invade con un montón de pensamientos.. unos positivos que me dicen que vas a vivir una experiencia increible, que voy a aprender ingles, que voy a visitar muchos lugares, conocer mucha gente, ganar dinero, hacer un break... y otros negativos que me dicen que este viaje es una estupidez innecesaria, que estoy huyendo, que tengo que comprarme una casa y tener hijos y que tenía que haberme llevado menos ropa, .... Me lleno de fuerza y sin hacer caso a los pensamiento negativos me subo a este avión, confiando que este viaje me ayudará a crecer y llenarme de energía.
El viaje fue divertido y agradable. Conseguí entretenerme con la tele individual que tienen en estos aviones, algunas lecturas, algunos pensamientos e imaginaciones y, sin olvidar, a una chica francesa que compartío asiento al lado mío, las más de 8 horas de vuelo se me pasaron en un abrir y cerrar de ojos.
Después de un viaje de más de 24 horas desde que salí de Madrid y pasé por Dublin, donde estaba cayendo la tormenta del siglo, he llegado a Nueva York con la sorpresa de que tengo mal los papeles de entrada. No ha pasado nada y me ha tocado un policía muy amable que incluso ha intentado hablarme en español muy malamente.
Aunque estaba exhausto por el viaje, no pude resistir la tentación de salir a la calle. Eran las 12 de la noche y aquello estaba mas lleno que Tenerife en Carnavales. Alli estaba yo, solo en medio de muchísima gente de aquí para alla, mil luces, muchos coches y mucho ruido. Aunque quería parecer seguro, estaba acojonado y lo pague con un pobre chico que me vino a decir que les gustaban los tenis, no haciendole ningun caso. Mas tarde, me di cuenta que estaba en el barrio Gay y que el estereotipo de que la gente aquí va a saco se estaba cumpliendo.
Como saben, Nueva York es la ciudad que ama todo el mundo, como demuestran las miles de camisetas con el corazon muy famosas . Muchas personas que vienen a visitar esta ciudad o, que incluso no la han visitado aún, presumen de amarla. Yo, como persona curiosa que soy, me he propuesto descubrir qué es lo que tiene la ciudad para que todo el mundo le demuestre este amor.
